Mi nombre es Rubén Arenas, soy hijo de mi padre y de el nada más, aunque muchos lo duden acabo de cumplir los veinticinco, soy licenciado en administración de empresas pero en mi vida he tenido algo que administrar. Mi trabajo es horrible pero bien pagado. Mi pasatiempo es tan placentero como poco lucrativo.
Soy soltero aunque no solitario. Me gusta el alcohol y el cigarro pero odio a los borrachos y el olor de las colillas. Tengo un gato. Me encanta la comodidad de los asientos del cine pero odio tener que pagar para dormir. Me gusta la comida muy condimentada y el jugo de manzana. Me gusta la música clásica interpretada por gente moderna. Odio la opera y el ballet. Tengo dos hijos pero ninguno de ellos me dice papa. Me gusta leer antes de dormir aunque la mayoría de las veces lo hago al mismo tiempo. Me gusta caminar por la noche. Me gusta ver llover. De chico quería ser presidente. De grande quiero ser chico. No creo en Dios. No creo en nada. Odio los funerales. Odio no tener que decir. Odio tener algo que decir pero nadie que me escuche.
Odio extrañarte. Odio saber que no me puedes escuchar. Odio no poderte escribir. Odio verte sin que me veas tú a mí. Me gusta ver llover sin mojarme en el intento. Odio recordar tus caricias al ver que se las das a alguien más. Odio saber que tanto me extrañas por la intensidad de tus lágrimas. Odio estar cerca de ti y no poder oler tu perfume de doscientas rosas que tanto me gusta. Odio estar muerto porque sabemos que el negro no te queda bien.