viernes, 5 de noviembre de 2010

Escritos políticos de Sieyes

 

«Privilegio es una dispensa para el que lo obtiene

Y un desaliento para los demás »

Emmanuel Joseph Sieyès[1]

 

Pocos autores han influido tanto en el pensamiento universal contemporáneo como el Abate Sieyès de quien puede afirmarse logró un mayor impacto practico en las instituciones occidentales que muchos de los autores pertenecientes al mismo espacio y tiempo.

 

Según Paúl Bastid, su pluma no dejó territorio sin tocar en todo el derecho público, [2] fue participe principal de un cataclismo histórico, detentador de una figura controvertida, incongruente ideológico y congruente temporal, llamado oráculo del tercer estado y topo de la revolución[3] Sieyès sin lugar a duda prócer de una profunda Revolución del pensamiento histórico, político y social del derecho cuya influencia a pesar de no haber sido completamente absuelto por la historia es incomparable.

 

Para poder entender la obra de este eclesiástico, es necesario conocer los puntos más importantes de su obtusa vida, dejando a un lado datos duros, fechas o lugares, simplemente mencionando aquellas cuestiones que resultaron determinantes en su vida y por evidente consonancia en su obra.

Tuvo un importante papel en los Estados Generales, donde solicitó la presencia de la Iglesia y la aristocracia. Promovió la creación de la Asamblea nacional, pero sus ideas constitucionales no tuvieron eco. Forma parte de la Convención y voto a favor de la muerte de Luís XVI. Participó en el golpe de Estado del 18 brumario. Con Napoleón fue cónsul y conde del Imperio. Sufrió el exilio hasta 1830.

 

El sostenía la tesis de que era necesario reformar las bases políticas o de administración de la actual sociedad francesa la cual considera no podría basarse en el antiguo régimen, solo en la destrucción del mismo y la construcción de uno nuevo.

Sostuvo dentro de su universalidad teórica del derecho y la política diversas cuestiones como la postura sobre los privilegios, la cual radica en entender si todos estos tienen por objeto dispensar de la ley entonces la esencia del privilegio es la lejanía de la ley.

Plantea que esta es la forma de proteger la libertad y la propiedad de todos. Y que estas no se pueden hacer por el mero placer de hacerlas. Y que fuera del ámbito de la ley para los ciudadanos todo es libre, lo que no esta garantizado por la ley, pertenece a todos. Pero insiste “no se puede conceder a nadie derecho exclusivo a lo que no esta protegido por la ley... Conceder un privilegio exclusivo a alguien sobre aquello que pertenece a todos, implicaría perjudicar a los demás en beneficio de los menos, lo que representa a la vez, la más gran injusticia, cuanto la más absurda sin razón.”[4]

 

Su principal o quizás más famoso escrito es ¿Qué es el Tercer Estado? En donde plantea que ante la injusticia electoral producto de la unión entre el clero y la nobleza, el Tercer Estado no cuenta con una representación real puesto que siempre será minoría, por lo que asevera que ninguno de los tres ordenes se pueden votar en común, por cabeza o por orden. Incluso llega a mencionar la autosuficiencia del Tercer Estado para concretar cuestiones electorales.

 

A su vez plantea la importancia de una Constitución para concretar de una masa desorganizada a un a nación organizada en un cuerpo político.

Por oro lado comenta la tendencia del ethos hacia la sociedad de mercado, consumo y el valor monetario en general.

 

Discípulo de Bodino, Grocio y Althusio y critico de Hobbes, Montesquieu y Rousseau, es con este con quien emprende una mayor rivalidad intelectual plegada de semejanzas y contradicciones entre estos cuasi contemporáneos.

Por un lado Rousseau plantea la idea de una soberanía popular mientras que Sieyès afirma una soberanía nacional.

Plantea efectuar asambleas parciales y nombrar diputados para una asamblea central, mientras que Rousseau afirma que la voluntad no puede representarse.

Las diferencias entres estos dos autores no se limitan al ámbito de la representación sino que parten del origen o fuente del poder; es decir, la soberanía y sus limites, pues si para Rousseau los hombres enajenan su libertad bajo la dirección de la voluntad general, para Sieyès “el hombre no se asocia para entregar ni su libertad ni sus derechos naturales.”

 

Por otro lado el autor francés revolucionario, plantea que los derechos del hombre son anteriores a todo, y no se pierde nada al entrar en sociedad, sino que se le da al hombre la garantía de la protección común.

 

A si mismo, Sieyès afirma que la base de las sociedades humanas es la libertad, donde el hombre es propietario de su persona y de sus bienes de donde se derivan los derechos del hombre al igual que sus respectivos deberes.

En algún momento Sieyès llego a considerar el sistema representativo como el más favorable, para lo cual recomendaba un sistema de representación indirecta en segundo grado es decir asambleas primarias de cuyas reuniones emanara una Asamblea Nacional, donde los diputados no deberán ser portadores de un voto fijo y predeterminado, y tendrán poderes amplios para llegar acuerdos sin embargo el terror eterno de Sieyès (evidentemente basado en Robespierre) de la nula limitación de los poderes; logra que este afirme que por muy amplios que sean los poderes de los diputados jamás serán ilimitados.

 

En una síntesis de las doctrinas de Rousseau y Montesquieu concilia sus términos antitéticos al concebir el poder constituyente como atributo indivisible, inalienable e imprescriptible de la nación soberana y lo distingue de los poderes constituidos que se dividen para su ejercicio. [5]

 

Por otro lado afirma que los poderes públicos deben ser divididos, limitados y organizados; a lo que el define como constituidos para poder cumplir con sus funciones.

Plantea que la división de poderes mas necesaria a establecer es la del Poder Constituyente y los poderes constituidos.

 

A su vez, plantea que la soberanía se encuentra reducida a los limites del poder político, y que el pueblo votando unánimemente en el acto constitutivo no puede ejercer una soberanía peligrosa,  pues los individuos posee su veto personal al igual que el rey (que no tendrá veto en especial) el cual será el voto.

 

Finalmente, critica tanto el mandato imperativo como la consulta directa del pueblo o referéndum. 

Plantea un orden ascendente y descendente a su sistema de soberanía donde la autoridad es descendente y la confianza ascendente.

Reafirma la necesidad de un guardián de la constitución ocupando este lugar el Poder Constituyente.

Define unidad como despotismo y división como anarquía cuya amalgamación resulta ser la formula que le permite conjurar el peligro del absolutismo popular: unida con división.

 

En conclusión, la obra de Sieyès abarca todas las ramas del derecho constitucional, y en todas estas parece experto. Es un autor que no solo analiza y critica los sistemas habidos sino que también propone reformas y nuevos sistemas.  Orgánico temporal más fiel a sus ideales Sieyès resulta ser un bibliografía tan extensa como necesaria para el estudio del derecho constitucional, debido tanto al marco de referencia histórico como a la permanecía y futura aplicación de sus ideas.

 

 

Bibliografía

 

Pantoja Moran, David  Escritos políticos de Sieyès FCE  México 1993

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[1] Sieyès, Emmanuel Joseph, Essai sur les privlilèges en Escritos políticos de Sieyès de David Pantoja FCE 1993

[2] Bastid, Paúl, Sieyès et sa pensée.  Citado en Escritos políticos de Sieyès de David Pantoja FCE 1993

[3] Ibíd.  pp. 18

[4] Ibidem pp. 121

[5] Jellinek, George L´État moderne et son droit en op. cit Pantoja David. Pp. 33