La madre naturaleza, aquella mítica mujer de cabellos largos y rojos, rasgos delicados e imponentes, cuerpo perfecto y seductor, capaz de denotar el mayor de los poderes y la más poderosa de las ingenuidades, capaz de crear lo más bello de este mundo, pero también de destruirlo; es el ser más admirado por Jimena, la admira tanto que sus similitudes con ella son abrumantes. Su cabello es corto y negro, pero lo tiñe de rojo y usa extensiones. Sus rasgos son tan delicados que parece de vidrio, y tan imponentes que con verlos te sientes piedra. Su cuerpo no puede ser mejore pues sería perfecto y sus dotes de seducción son comparados con los de conquista del gran Alejandro. Su poder sobre los hombres es tal que siempre parecen sus siervos y su ingenuidad es la esencia misma de la palabra. Ha creado los recuerdos más vivos en la memoria de los hombres y también la desilusión mas muerta al alejarse de ellos.
Sus parecidos no solo se quedan en aspectos físicos o en rasgos de su personalidad, sino que las acciones de una complementan la otra, poniendo en duda la verdadera edad de Jimena y de la madre naturaleza.
Las hojas caen de los arboles castigadas por su rebeldía y su corta vida útil; mientras que los hombres salen de las sabanas de Jimena por las mismas razones. Las flores se marchitan por su osadía de intentar ser más bellas que la luna, con tanta frecuencia como Jimena se deshace de las demás mujeres que quieren imitar su belleza. Las nubes mueren secas por haberse atrevido a desafiar al Sol, así como Jimena muere seca después de haber mojado a tantos hombres. Las gotas de lluvia pierden su identidad al caer, en venganza por haber intentado inundar los cerezos mientras que las lágrimas de Jimena se deshacen en la inmensidad de su venganza.
La naturaleza ha inspirado paisajistas, músicos y poetas mientras que Jimena ha sido musa de retratistas, orquestas e incluso de estas palabras. La creadora ha vivido por siempre en el imaginario colectivo; Jimena es inmortal invitada en las fantasías y delirios.
Sin embargo, existen también diferencias entre ellas. La naturaleza tiene un trabajo tan eterno como mal pagado. Mientras que Jimena cobra a muy alto precio los instantes. La naturaleza no puede cambiar su forma. Jimena lo hace cada noche. La naturaleza es incapaz de renunciar a su cargo, pues es imposible encontrarle un sustituto. Jimena puede dejar su trabajo porque la competencia es cada vez más amplia. La naturaleza jamás tendrá pareja pues el Tiempo es muy envidioso. Jimena mide sus parejas por tiempo. Ser madre naturaleza es un trabajo erróneamente deseado, mientras que ser prostituta es un trabajo injustamente infravalorado. La naturaleza es de todos, y sin embargo nadie la llama puta.
Sus parecidos no solo se quedan en aspectos físicos o en rasgos de su personalidad, sino que las acciones de una complementan la otra, poniendo en duda la verdadera edad de Jimena y de la madre naturaleza.
Las hojas caen de los arboles castigadas por su rebeldía y su corta vida útil; mientras que los hombres salen de las sabanas de Jimena por las mismas razones. Las flores se marchitan por su osadía de intentar ser más bellas que la luna, con tanta frecuencia como Jimena se deshace de las demás mujeres que quieren imitar su belleza. Las nubes mueren secas por haberse atrevido a desafiar al Sol, así como Jimena muere seca después de haber mojado a tantos hombres. Las gotas de lluvia pierden su identidad al caer, en venganza por haber intentado inundar los cerezos mientras que las lágrimas de Jimena se deshacen en la inmensidad de su venganza.
La naturaleza ha inspirado paisajistas, músicos y poetas mientras que Jimena ha sido musa de retratistas, orquestas e incluso de estas palabras. La creadora ha vivido por siempre en el imaginario colectivo; Jimena es inmortal invitada en las fantasías y delirios.
Sin embargo, existen también diferencias entre ellas. La naturaleza tiene un trabajo tan eterno como mal pagado. Mientras que Jimena cobra a muy alto precio los instantes. La naturaleza no puede cambiar su forma. Jimena lo hace cada noche. La naturaleza es incapaz de renunciar a su cargo, pues es imposible encontrarle un sustituto. Jimena puede dejar su trabajo porque la competencia es cada vez más amplia. La naturaleza jamás tendrá pareja pues el Tiempo es muy envidioso. Jimena mide sus parejas por tiempo. Ser madre naturaleza es un trabajo erróneamente deseado, mientras que ser prostituta es un trabajo injustamente infravalorado. La naturaleza es de todos, y sin embargo nadie la llama puta.