domingo, 14 de noviembre de 2010

La elite del poder de Mills

«Los poderes de los hombres corrientes están circunscritos por los mundos cotidianos en que viven, pero aún en esos círculos del trabajo, de la familia, y de la vecindad muchas veces parecen arrastrados por fuerzas que no pueden ni comprender ni gobernar»


Así es como Mills comienza su libro, argumentando la existencia de hombres cuyo poder era capaz de determinar la vida de los demás, influyendo drásticamente en el desarrollo incluso de una nación entera, específicamente los Estados Unidos de Norteamérica; este grupo de personajes determinantes diferenciados de los hombres corrientes por su poder es conocida como la elite del poder.
En primera instancia Mills define que son tres círculos cuya altitud determina la nación entera los que conforman principalmente esta elite, en primer plano se encuentra el gobierno en todos su ordenes y vertientes quienes detentan el poder político, por otro lado están los empresarios y altos directivos de los corporativos que detentan el poder económico y finalmente esta el ejercito que detenta el poder militar.
Esta elite es evidentemente una minoría en la población y esta formada por «quienes tienen el máximo de lo que puede tenerse» lo cual principalmente engloba el dinero, el poder y el prestigio.
Para mantener esta posición la elite se apoya en las instituciones, desde la familia, la iglesia o la escuela, para por un lado resaltar la diferencia entre la elite y los hombres corrientes, y por otro para preparar a los futuros miembros de la elite que en su mayoría son descendientes de los que ya pertenecen a ella.
Partiendo de la idea de que poder es la capacidad de hacer tu voluntad sin interferencia, que riqueza es la posesión de todos los recursos que te permitan lograr tu voluntad y mas allá, y por prestigio entendemos una clase de truco mágico capaz de engañar a la vista humana, generando fama e incluso honor; entonces es evidente que ninguno de estos tres elementos pertenecen de forma inherente a ningún individuo, sino que mas bien se obtiene debido al uso de las instituciones, ya sea el gobierno, el ejercito o el mundo empresarial.

Ya definidos los miembros de la elite, Mills trata de dar un enfoque sociológico-psicológico a este grupo de personas, empezando por reconocer que no se trata de un aglomerado minoritario ni un simple conjunto de personajes con cierto nivel de poder que al sumarse se vuelve inmenso, sino como un grupo de personas que se consideran superiores a los demás, reconocen su papel en el desarrollo de la nación y se auto determinan como “altos cirulos sociales”. Así mismo los miembros de esta elite comparten ciertos vínculos entre ellos mismos. Se agrupan en camarillas para lograr un sentido de pertenencia.

En cuanto a la elite estadounidense sobre la cual el autor hace todo su estudio se reconocen diversos factores que la determinan: en primera instancia esta el hecho de que EUA jamás haya pasado por el proceso real o feudal, por lo cual los miembros de su elite no son descendientes de ningún tipo de poder real o territorial, sino que se basa en los logros personales de la clase media desde la época de la revolución independista.
Ciertos puntos nodales de la elite norteamericana radican en la graduación del poder por un lado, en la estructura jerárquica de la misma elite y en una unión institucional entre los tres altos mandos del poder.
Así mismo existe una división social entre las clases altas en el ámbito local, estando en primera instancia las clases altas viejas, y por el otro las más recientes, cuya principal diferencia radica en la conciencia que tienen sobre el dinero, donde las recientes lo asumen como motor, mientras que las viejas prefieren el glamor y el prestigio. Unos ven el dinero como medio para obtener prestigio mientras que los otros solo lo ven como el medio para tener tranquilidad económica y ascender en los cirulos sociales.
La principal importancia de la sociedad local es que es una estructura de poder así como una jerarquía de posiciones sociales; en la cumbre hay una serie de camarillas cuyos individuos deciden las cuestiones importantes de la comunidad así como influyen en las decisiones nacionales.

Posteriormente el autor hace un análisis sobre los principales personajes que a lo largo de loas años han ocupado las posiciones de la elite del poder, desde el grupo conocido como los 400 de Nueva York hasta la denominada sociedad del café, pasando por los grandes ricos, los altos directivos de las empresas, los directivos políticos y los principales señores de la guerra.
Sobre las celebridades a las cuales define como los nombres que no necesitan identificarse menciona que su principal función es el uso de la publicidad para generar fama y lograr la admiración de la sociedad en general en palabras de Ortega y Gasset cada vez más atomizada y vuelta en masa, pasando de los ricos glamorosos de antaño a las celebridades hollywoodenses y socialites modernas.
Así mismo los individuos de la minoría del poder son notorios por las posiciones que ocupan y por las decisiones que adoptan. Son celebridades porque tienen prestigio, y tienen prestigio porque se cree que tiene poder o riqueza.
En cuanto a los muy ricos el autor los incluye dentro de los miembros de la elite mas no como clase social heredera de millones y ajena totalmente al trabajo, sino como clase auto determinada, trabajadora y altamente productiva.
Este grupo va de la mano con los empresarios y principales miembros de los grupos corporativos empresariales, pues aunque los muy ricos en su mayoría son los dueños de las empresas, los miembros del corporativo son los que la dirigen y administran, buscando la satisfacción de sus propios intereses así como de los de los personajes que tiene grandes cantidad de dinero. La importancia de este grupo como miembro nodal de la elite es que son los que detentan en su mayoría el poder económico de la nación, determinado las políticas a seguir así como obtenido beneficios tributarios, concesiones a cambio de la generación productiva y la alanza con los políticos poderosos y los altos mandos militares.

Partiendo de que toda política es una lucha por el poder y el tipo definitivo de poder es la violencia y esta es ejercida de forma legal monopólica por el ejercito entonces su papel dentro de la elite es fundamental, pues son los que toman las decisiones bélicas del país, las cuales en muchas ocasiones se encuentran determinada por cuestiones meramente políticas y económicas, lográndose así la unión de los tres altos mandos, mas allá de la idea de que las cuestiones militares son solo un instrumento de la política. (sin con esto querer negar la cada vez más próxima cercanía entre ambos círculos, donde los militares ajenos al mundo bélico han asumido funciones burocráticas y políticas).

En cuanto al directorio político el autor plantea que los políticos de primer nivel son aquellos que buscan el poder no para la satisfacción de necesidades económicas sino para la consecución del prestigio que detentar el poder otorga, que ven en el poder un honor y no solo un medio económico.
Así mismo define que existen tres tipos de políticos: por un lado los de partido que son los que llegan al poder por la vía electoral, los burócratas que llegan al poder debido a su desempeño en la carrera administrativa, y finalmente los intrusos que son aquellos que se han desempeñado en el sector empresarial y poco a poco han incursionado en la política volviéndose incluso mayoría, son en palabras de Weber los boss politikon.

Mas allá del análisis especifico sobre los principales personajes que componen la élite política, Mills en sus últimos capítulos realiza un estudio sobre la arqueología de la elite y su contraposición masa.
Plantea que es recurrente una teoría del equilibrio donde se trata de balancear los intereses con los conflictos y esto principalmente se da en el Congreso. Así mismo reconoce el papel nodal de la clase media que no se llega a unir al poder político pero mediante organizaciones sociales tales como los sindicatos logra establecer un verdadero contrapeso del mismo.

En cuanto a la llamada sociedad de masas el autor plantea una dicotomía entre público y masa donde la primera se ha ido extinguiendo convirtiéndose en la segunda.
Las principales diferencias entre ambos conceptos radican en que el público es capaz de exponer su opinión y recibir una respuesta sin miedo a represalias de forma libre y autónoma.
En el público expresan opiniones tantas personas como las reciben, cualquier manifestación pública puede ser contestada inmediatamente dando origen al debate de ideas, los resultados de estas discusiones encuentran salida en una acción efectiva aunque sea en contra del sistema de autoridad dominante, y las autoridades dominantes no penetran en el público.
Mientras que en la masa, es mucho menor el numero de personas que expresa una opinión que el que las recibe, es muy difícil la replica de la información, la realización de la opinión esta controlada por las autoridades, y no existe ninguna autonomía entre la masa y las instituciones.
Así mismo se puede medir la masa en términos de escala debido al cambio entre una sociedad restringida por la edad y el sexo, así como por la educación e ideología, a una generalización poblacional donde las únicas condiciones son la edad y la ciudadanía.
En términos de organización esta se ha ido agrupando en partidos de masa bajo el dominio de los medios de comunicación masivos que ejercen un control total sobre la masa diciéndole quien es, que quiere ser, y como lograrlo, todo como un mecanismo de control y atomización con el afán de lograr la perdida de la identidad individual y autónoma para convertirla en un ente colectivo ajeno a todo interés político.
He aquí donde en mi opinión se encuentra el principal nodo de la élite política, pues para que exista una elite es necesario que exista una masa que controlar, una masa ajena y desinteresada por la elite y una elite que trate a toda de costa de dominar a la masa para concretar su permanencia en los altos cirulos del poder.
«la idea de una sociedad de masas sugiere la idea de una elite de poder. En contraste, al idea de publico sugiere la tradición liberal de una sociedad sin elite de poder, o con elites transitorias sin importancia soberana»

Finalmente, el autor habla sobre un estado de niño conservador que en pocas palabras se niega a reconocerse en la cima, niega una clase alta o una elite.
Es la formula del liberalismo clásico reiterada en la era nada clásica, es decir es la imagen de una sociedad en donde la autoridad es mínima porque esta guiada por las fuerzas autónomas del mercado mágico. Basa su ideología,- o mas bien su carencia de- en la providencia y el destino.
Es así como el liberalismo norteamericano sostiene el estado de ánimo conservador, donde en lugar de justificar una elite de poder se niega.

En conclusión, siguiendo la idea del autor sobre la inmoralidad mayor que es la falta de conciencia e interés de la masa por los asuntos políticos y la forma en que delega su vida a la elite y como esta lo utiliza para mantener su poder de forma total; es evidente lo necesaria que es la concientización de la masa para que pueda volver a ser publico, para que vuelva a encontrar interés en la vida política y no se deje dominar mas por los medios de comunicación.
Si el único valor predominante en la sociedad de masa norteamericana radica en el dinero, donde el éxito es tenerlo y el fracaso el peor de los miedos, donde se ha forjado una ruptura inmensa entre el poder y el saber y el libro ha sido sustituido por el memorándum, entonces que es lo que le depara a la sociedad si mantiene a estos personajes en la cúspide del poder.
Mills cierra su escrito de la siguiente forma «dueños de un poder sin igual en la historia humana, han triunfado dentro del sistema (…) de irresponsabilidad organizada» otorgando la principal culpa de esta situación a la irresponsabilidad organizada, es decir a la sociedad que se dejo envolver en las redes mágicas del prestigio, que se dejo influir por la banalidad de la fama, dominar por los medios de comunicación, seducir por el dinero, y perder interés ante la política.