lunes, 17 de diciembre de 2007

Poema número 15

El poema número 15 de la antología poetica del chileno Pablo Neruda...excelente!!!

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,

y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.

Parece que los ojos se te hubieran volado

y parece que un beso te cerrara la boca.


Como todas las cosas están llenas de mi alma

emerges de las cosas, llena del alma mía.

Mariposa de ensueño, te pareces a mi alma,

y te pareces a la palabra melancolía;


Me gustas cuando callas y estás como distante.

Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.

Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:

déjame que me calle con el silencio tuyo.


Déjame que te hable también con tu silencio

claro como una lámpara, simple como un anillo.

Eres como la noche, callada y constelada.

Tu silencio es de estrella, tan lejano y tan sencillo.


Me gustas cuando callas porque estás como ausente.

Distante y dolorosa como si hubieras muerto.

Una palabra entonces, una sonrisa bastan.

Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.



viernes, 14 de diciembre de 2007

Manlio Fabio Beltrones

He aqui una imagen de reporte indigo que indica a quienes controla el senador Priista y quienes son sus enemigos



Controla a los medios, a los empresarios, al PRI, a Gamboa, a Mouriño y a Rene Arce.
Mientras que sus enemigos son Elba Esther, Peña Nieto y Salinas.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Las 48 Leyes del Poder

Termine de leer un libro titulado Las 48 reglas del poder de Robert Greene donde se enumeran y ejemplifican las diversas reglas que el hombre tiene que seguir para lograr la consecución y permanencia en el poder. Esta bastante interesante y los ejemplos son una buena clase de historia.

He aquí las 48 reglas:

  1. Nunca le haga sombra a su jefe
  2. Nunca confié demasiado en los amigos
  3. Disimule sus intenciones
  4. Diga siempre menos de lo necesario
  5. Defienda su prestigio a muerte
  6. Busque llamar la atención a cualquier precio
  7. Logre que otros trabajen para usted, pero nunca deje de llevarse los laureles
  8. Haga que la gente vaya hacia usted, de ser necesario use la carnada
  9. Gane a través de sus acciones, nunca por medio de sus argumentos
  10. Peligro de contagio: evite a los perdedores y a los desdichados
  11. Haga que la gente dependa de usted
  12. Para desarmar a su víctima, utilice la franqueza y la generosidad en forma selectiva
  13. Cuando pida ayuda, no apele a la compasión o a la gratitud de la gente, sino a su egoísmo
  14. Muéstrese como un amigo pero actué como un espía
  15. Aplaste por completo a su enemigo
  16. Utilice la ausencia para incrementar el respeto y el honor
  17. Mantenga el suspenso. Maneje el arte de los impredecible
  18. No construya fortalezas para aislarse
  19. Sepa con quién está tratando
  20. No se comprometa con nadie
  21. Finja candidez para atrapar a los cándidos: muestréese más tonto que su víctima
  22. Transforme la debilidad en poder
  23. Concentre sus fuerzas
  24. Desempeñe el papel del cortesano perfecto
  25. Procure recrearse permanentemente
  26. Mantenga sus manos limpias
  27. Juegue con la necesidad de la gente de tener fe en algo, para conseguir seguidores incondicionales
  28. Sea audaz al entrar en acción
  29. Planifique sus acciones de principio a fin
  30. Haga que sus logros parezcan no requerir esfuerzos
  31. Controle las opciones: haga que otros jueguen con las cartas que usted reparte
  32. Juegue con las fantasías de la gente
  33. Descubra el talón de Aquiles de los demás
  34. Actué como un rey para ser tratado como tal
  35. Domine el arte de la oportunidad
  36. Menosprecie las cosas que no puede obtener: ignorarlas es la mejor de las venganzas
  37. Arme espectáculos imponentes
  38. Piense como quiera, pero compórtese como los demás
  39. Revuelva las aguas para asegurarse una buena pesca
  40. Menosprecie lo que es gratuito
  41. Evite imitar a los grandes hombres
  42. Muerto el perro, se acabó la rabia
  43. Trabaje sobre el corazón y la mente de los demás
  44. Desarme y enfurezca con el efecto espejo
  45. Predique la necesidad de introducir cambios, pero nunca modifique demasiado a la vez
  46. Nunca se muestre demasiado perfecto
  47. No vaya más allá de su objetivo original; aprenda cuándo detenerse
  48. Sea cambiante en su forma



martes, 11 de diciembre de 2007

Simplemente Sabines

Un excelente poema de Jaime Sabines:

TU CUERPO ESTÁ A MI LADO

Fácil, dulce, callado.

Tu cabeza en mi pecho se arrepiente

con los ojos cerrados

y yo te miro y fumo

y acaricio tu pelo, enamorado.

Esta mortal ternura con que callo

te está abrazando a ti mientras yo tengo

inmóviles mis brazos.

Miro mi cuerpo, el muslo

en que descansa tu cansancio,

tu blando seno oculto y apretado

y el bajo y suave respirar de tu vientre

sin mis labios.

Te digo a media voz

cosas que invento a cada rato

y me pongo de veras triste y solo

y te beso como si fueras tu retrato.

Tú sin hablar, me miras

y te aprietas a mí y haces tú llanto

sin lágrimas, sin ojos, sin espanto.

Y yo vuelvo a fumar, mientras las cosas

se ponen a escuchar lo que no hablamos.


El Príncipe

Muchas son las citas referentes al Príncipe de Maquiavelo, incluso su nombre se usa para nombrar la frialdad y exceso de calculo en un hombre, o incluso ha adquirido un peyorativo de maldad, sin embargo en la mayoría de los casos esta denotación es errónea.
Dentro de los campos de la ciencia política, ajenos a lo que Locke llamó “lenguaje civil” esta obra es considerada la primera de la disciplina pues se encarga de ver a la política como ciencia, no solo como teoría o filosófica, es decir sugiere un proceso metodológico capaz de darle la validez científica.
Toda la obra de Nicolás Maquiavelo es un manual de cómo es que debe ser el “príncipe” entiendo a este como aquel que gobierna o detenta el poder publico; por lo cual a continuación citare las principales premisas del libro.


. «es necesario que el príncipe sea lo bastante prudente para evitar la infamia de los vicios que le harían perder su corona, y hasta para preservarse, si puede, de los que no se la harían perder. Si, no obstante, no se abstuviera de los últimos, quedaría obligado a menos reserva, abandonándose a ellos. Pero no tema incurrir en la infamia aneja a ciertos vicios si no le es dable sin ellos conservar su Estado, ya que, si pesa bien todo, hay cosas que parecen virtudes, como la benignidad y la clemencia, y, si las observa, crearán su ruina, mientras que otras que parecen vicios, si las practica, acrecerán su seguridad y su bienestar. »

· «[…] aquel príncipe que se apoya íntegramente en la fortuna, cae según ella cambia. Aun más: creo que es prospero aquel que armoniza su modo de proceder con los caracteres de los tiempos. » (pag. 145)


· «[…] si uno se conduce con moderación y paciencia, los tiempos y las cosas giran de modo que su gobierno sea bueno, y el prospera; pero, si los tiempos y las cosas varían, sobreviene su ruina, porque no muda de modo de proceder.» (pag. 145)


· «[…] si la fortuna cambia y los hombres permanecen obstinados en sus procedimientos, ellos prosperan mientras la una y los otros concuerdan, y no prosperan cuando entran en discordancia» (pag 146)


· «La mejor fortaleza que existe consiste en no ser odiado por el pueblo porque, aunque tengas fortaleza, si el pueblo te odia, ellas no te salvaran, puesto que una vez tomadas las armas los pueblos siempre encontrarán extranjeros que los ayuden.» (pag 142)


· «Y los conseguirá (el ser temido y el ser no odiado) siempre si se abstiene de tocar los bienes de sus ciudadanos y de sus súbditos, y también de robar a sus mujeres.» (pag 149)


· «Un hombre prudente debe discurrir siempre por las vías trazadas por los grandes hombres e imitar a aquellos que han sobresalido extraordinariamente por encima de los demás, con el fin de que, aunque no se alcance su virtud algo nos quede sin embargo de su aroma.» (pag 186)


· «Quien cree que nuevas recompensas hacen olvidar a los grandes hombres las viejas injusticias de que han sido víctimas, se engaña.» (pag 64)


· «Las injusticias se deben hacer todas a la vez a fin de que, por probarlas menos, hagan menos daño, mientras que los favores se deben hacer poco a poco con el objetivo de que se aprecien mejor. Los hombres, cuando reciben el bien de quien esperaban iba a causarles mal, se sienten más obligados con quien ha resultado ser su benefactor, el pueblo le cobra así un afecto mayor que si hubiera sido conducido al Principado con su apoyo.» (pag. 121)


· «El que no detecta los males cuando nacen, no es verdaderamente prudente.» (pag 74)


· «Quien deja a un lado lo que se hace por lo que se debería hacer, aprende antes su ruina que su preservación.» (pag 99)


· «Hay que ser liberal con todos aquellos a quienes no quita nada - que son muchísimos - y tacaño con todos aquellos a quienes no da, que son pocos.» (pag 101)


· «Con aquello que no es tuyo ni de tus súbditos se puede ser considerablemente más generoso. El gastar lo de los otros no te quita consideración, antes que la aumenta.» (pag 101)


· «Con poquísimos castigos ejemplares será más clemente que aquellos otros que, por excesiva clemencia, permiten que los desórdenes continúen, de lo cual surgen siempre asesinatos y rapiñas.» (pag 98)


· «El príncipe debe hacerse temer de manera que si le es imposible ganarse el amor del pueblo consiga evitar el odio, porque puede combinarse perfectamente el ser temido y el no ser odiado. El príncipe debe evitar todo aquello que lo pueda hacer odioso o despreciado.» (pag 95)


· «No puede un señor prudente - ni debe- guardar fidelidad a su palabra cuando tal fidelidad se vuelve en contra suya y han desaparecido los motivos que determinaron su promesa. Si los hombres fueran todos buenos, este precepto no sería correcto, pero- puesto que son malos y no te guardarían a ti su palabra- tú tampoco tienes por que guardarles la tuya.» (pag 108)


· Los príncipes debe ejecutar a través de otros las medidas que puedan acarrearle odio y ejecutar por sí mismo aquellas que le reportan el favor de los súbditos. Debe estimar a los nobles, pero no hacerse odiar del pueblo. (pag. 45)


· Se debe entretener al pueblo en las épocas convenientes del año con fiestas y espectáculos. (pag. 75)


· Ayuda también bastante dar ejemplos sorprendentes en su administración de los asuntos interiores, de forma que cuando algún subordinado lleve a cabo alguna acción extraordinaria (buena o mala), se adopte un premio o un castigo que de suficiente motivo para que se hable de él. Hay que ingeniárselas, por encima de todo, para que cada una de nuestras acciones nos proporcionen fama de hombres grandes y de ingenio excelente. Hay muchas gentes que estiman que un príncipe sabio debe, cuando tenga la oportunidad, fomentarse con astucia alguna oposición a fin de que una vez vencida brille a mayor altura su grandeza. (pag. 49)


· Es necesario ser un gran simulador y disimulador: y los hombres son tan simples y se someten hasta tal punto a las necesidades presentes que el que engaña encontrará siempre quien se deje engañar. Cada uno ve lo que parece, pero pocos palpan lo que eres. La poca prudencia de los hombres impulsa a comenzar una cosa y, por las ventajas inmediatas que ella procura, no se percata del veneno que por debajo está escondido. (pág. 59)


· Los hombres viven tranquilos si se les mantiene en las viejas formas de vida. La incredulidad de los hombres, hace que nunca crean en lo nuevo hasta que adquieren una firme experiencia de ello. La naturaleza de los pueblos es muy poco constante: resulta fácil convencerles de una cosa, pero es difícil mantenerlos convencidos. (pag. 121)


· No se debe jamás permitir que se continúe con problemas para evitar una guerra porque no se la evita, sino que se la retrasa con desventaja tuya. (pag. 120)


· Un príncipe que no se preocupe del arte de la guerra, aparte de las calamidades que le pueden acaecer, jamás podrá ser apreciado por sus soldados ni tampoco fiarse de ellos. (pag.99)


· Todo ello nos hace decir que a los hombre hay que tratarlos bien o aplastarlos, porque ellos se vengan de las pequeñas ofensas, pero de las grandes no pueden vengarse. (pag. 87)




La letra escarlata

Nathaniel Hawthorne

Sed sinceros, sed sinceros. Mostrad al mundo, si no lo peor que hay
de vosotros, por lo menos algún rasgo por el cual pueda colegirse
(Hawthorne)



En medio de una sociedad estrictamente religiosa donde la fe sobrepasa la razón y la vergüenza resulta ser mayor castigo que la misma pena capital;es donde Nathaniel Hawthorne sitúa La Letra Escarlata, novela de carácter histórico cuyo contexto es la Nueva Inglaterra (1630), hogar de una sociedad puritana proveniente de los ingleses emigrados a América en el Mayflower.

La historia trata sobre una mujer condenada por haber cometido adulterio a mostrar su pecado ante todo el pueblo llevando una letra A color escarlata en su vestido. De su relación adúltera con un reverendo puritano nace una niña, muchas veces referida como "Diablilla". Esther (personaje principal de la obra) se niega a delatar al padre, mientras que el marido no cesa en su pretensión de hacer, lo que a sus ojos, es justicia divina. Finalmente, después de que la protagonista sufre grandes humillaciones, el reverendo reconoce públicamente ser el padre de la niña ilegítima. Tras hacer esta confesión, muere enloquecido por los remordimientos de sus pecados.

El eje central de la obra resulta ser una crítica ante el puritanismo (doctrina religiosa cuya ideología radica en purificar la Iglesia Inglesa, motivo por el cual dejan su tierra natal; familiar al lugar de origen del autor y a sus ancestros), sobre el cuál gira toda la historia, pues es éste el que define la moral, la ética o la misma justicia. Esta doctrina plantea una relación más estrecha entre el Dios y el individuo, partiendo de que ambos juegan un papel muy importante en el desarrollo espiritual.
Pues viviendo en un mundo donde la sociedad se encuentra desorganizada, infeliz y caótica, resulta demasiado difícil encontar un sistema eficaz, justo y honesto de aplicar la ley, así que se utiliza la religión como juez, jurado y verdugo. Siendo así complicado para ciertas personas tener una vida normal, estando rodeado de personas plegadas de dogmas y supuestos valores religiosos.
Es por esto que Hesther Prynne fue víctima no solo de su espíritu rebelde y aventurero, o de la sociedad en la cual vivía sino que también de su religión, pues el crimen o mejor dicho, pecado cometido por Hesther no es tan grave, más así lo hacen con semejante castigo, que resulta ser muchísimo más grave que lo acometido.



En general, la totalidad de la obra esta plegada de ejemplos capaces de afirmar la crítica al puritanismo radical como eje central de la obra.
Tal es el caso del inicio de la obra, cuando Hesther es castigada a usar la letra A color escarlata en el pecho como castigo por haber violado los reglamentos morales y religiosos al cometer adulterio.

El delito cometido por Hesther fue claramente de índole moral, penado por la supuesta falta de respeto a una sociedad cegada por el fanatismo religioso. Y así fue el castigo acometido contra la pecadora.

Otro ejemplo sería la escena en la que diversos personajes cuyo poder era muy elevado, se reunen entre ellos para notificarle a Esther que le quitarán a su hija Perla, puesto que no creen que una pecadora de tal magnitud como lo es la portadora de la letra escarlata fuera capaz de instruir a una niña en los umbrales eclesiásticos.


A su vez, dentro de ésta misma escena, se demuestra como éstos hombres denominan a la niña como un pequeño diablillo, quizá poseído por el mismo demonio, o llena de malicia por haber sido producto de un gran pecado.

Por otro lado, la deliberación sobre la conveniencia o inconveniencia de que Perla viviera con su madre, se decide a partir de una argumentación religiosa, que radica en sí la providencia decidió utilizar a Perla como muestra ambivalente de castigo y premio para Hesther, como los hombres podrían alterar o juzgar la decisión del Supremo.

Una clara muestra de la importancia del puritanismo dentro de La letra escarlata es el hecho de que ambos centros de poder dentro de la Nueva Inglaterra están ocupados por miembros puritanos, tal es el caso de Wilson en la Iglesia, y Bellingham en el gobierno.

Finalmente, otra prueba de éste fanatismo religioso, es la escena en la que el no tan honorable ministro eclesiástico Dimmesdale se rehusa a recibir medicamentos para curar su terrible enfermedad puesto que cree que él no es nadie para alterar la decisión de la Providencia de morir. Sin embargo aquí entra un nuevo debate pues, ¿dónde está uno desobedeciendo a la Providencia, al reusarse a morir tomando los medicamentos, o al reusarse a vivir no tomándolos?

Por otro lado, otro tema de elevada importancia dentro de La letra escarlata es el de los castigos basados en la vergüenza, en los que se somete al condenado a la humillación pública, logrando el rechazo social, el aislamiento interno del acusado, la degradación o la humillación psicológica. Siendo un claro atentado contra la misma dignidad humana, motor del hombre para subsistir tanto en lo colectivo como en lo individual.
Sobre esto consideró aberrante dicha práctica pues el objetivo de una penitencia a mi entender consiste en escarmentar sobre el castigado para que no lo vuelva a hacer sobre todo logre la readaptación social, la cuál es imposible que se desarrolle, si el delito o pecado es expuesto al público en general, pues no olvidemos que la gente muchas veces es ignorante, y al ser ignorante se deja manipular por la ideología de otras personas y suele ser lo suficientemente estricta como para acabar con la colectividad de una persona, además al pueblo le cuesta trabajo olvidar, pero le cuesta aun más perdonar, es por eso que relega esa función a su Dios.

El claro ejemplo de ésta práctica dentro de la novela de Hawthorne consiste en la exposición pública de Hesther en la plaza para ser juzgada en frente de todo el pueblo, donde se le obliga a enfrentar su presente y su pasado; y sobre todo con el castigo dado a la misma, que radicaba en portar una letra A en el pecho eternamente logrando así que ni ella ni mucho menos el pueblo olvidarán las injurias cometidas por la tan terrible pecadora.

Y de nuevo esto se demuestra cuando el ministro declara ser partícipe de la infamia de Hesther al engendrar a Perla, pues lo declara a todo el pueblo,de tal forma que fuera éste el que lo juzgará, sin embargo, su cuerpo ya enfermo fue incapaz de soportar tan grande liberación de conciencia.

Por otro lado, el autor hace uso de un sinfín de símbolos para denotar diversos puntos, como su inconformidad con el puritanismo, con el castigo o con la niña; pero sin lugar a dudas el más importante de todos los símbolos utilizados es la misma letra escarlata, desde la letra "A" de adulterio, que podría ser interpretada también como ambigüedad o incluso como un tipo de nacionalismo (América) obtuso en el cual se retoman los orígenes del pueblo norteamericano (plenamente orgullosos y conscientes de su papel histórico) atacándolo desde sus raíces.
Irónicamente, la letra simboliza la penitencia así como el pecado. Pero también es una muestra de la unión entre Hesther y Perla. La letra escarlata es la unión entre el padre y su amada, simboliza el coraje y valentía de Hesther pero también el arrepentimiento y abnegación.
La letra tatuada en el pecho del ministro es el ejemplo más claro del símbolo que ésta representa, pues ésta vez no fue cocida ni impuesta por el hombre, más bien fue la penitencia y perdón del ser supremo.

El color escarlata tan parecido al rojo significa el dolor de la madre de saber quien la ayudó en el pecado y no poderlo confesar, es el dolor transformado en coraje del esposo al saber de la injuria de su mujer, es el dolor de la madre al saber que Perla es el mayor castigo y a su vez premio de haber pecado.

Finalmente la letra escarlata que Hesther retoca con una capacidad majestuosa simboliza el orgullo de ésta mujer, el amor por Perla y por su amado,el auto-perdón, pero también las miradas y miedos de los demás. Representa la cordura y entereza con los que Hesther Prynne asume su penitencia sin negar su pecado más bien placebo.

También la letra resulta ser la nueva juventud de Hesther, la fuerza que la llevó a seguir adelante y a ser junto con su hija la única sobreviviente cuerda de esta historia de amor, pecado, obsesión y perdón.

Bibliografía
Hawthorne, Nathaniel. La letra escarlata. Ed. Promexa. México DF, 1986. pps.175