martes, 11 de diciembre de 2007

La letra escarlata

Nathaniel Hawthorne

Sed sinceros, sed sinceros. Mostrad al mundo, si no lo peor que hay
de vosotros, por lo menos algún rasgo por el cual pueda colegirse
(Hawthorne)



En medio de una sociedad estrictamente religiosa donde la fe sobrepasa la razón y la vergüenza resulta ser mayor castigo que la misma pena capital;es donde Nathaniel Hawthorne sitúa La Letra Escarlata, novela de carácter histórico cuyo contexto es la Nueva Inglaterra (1630), hogar de una sociedad puritana proveniente de los ingleses emigrados a América en el Mayflower.

La historia trata sobre una mujer condenada por haber cometido adulterio a mostrar su pecado ante todo el pueblo llevando una letra A color escarlata en su vestido. De su relación adúltera con un reverendo puritano nace una niña, muchas veces referida como "Diablilla". Esther (personaje principal de la obra) se niega a delatar al padre, mientras que el marido no cesa en su pretensión de hacer, lo que a sus ojos, es justicia divina. Finalmente, después de que la protagonista sufre grandes humillaciones, el reverendo reconoce públicamente ser el padre de la niña ilegítima. Tras hacer esta confesión, muere enloquecido por los remordimientos de sus pecados.

El eje central de la obra resulta ser una crítica ante el puritanismo (doctrina religiosa cuya ideología radica en purificar la Iglesia Inglesa, motivo por el cual dejan su tierra natal; familiar al lugar de origen del autor y a sus ancestros), sobre el cuál gira toda la historia, pues es éste el que define la moral, la ética o la misma justicia. Esta doctrina plantea una relación más estrecha entre el Dios y el individuo, partiendo de que ambos juegan un papel muy importante en el desarrollo espiritual.
Pues viviendo en un mundo donde la sociedad se encuentra desorganizada, infeliz y caótica, resulta demasiado difícil encontar un sistema eficaz, justo y honesto de aplicar la ley, así que se utiliza la religión como juez, jurado y verdugo. Siendo así complicado para ciertas personas tener una vida normal, estando rodeado de personas plegadas de dogmas y supuestos valores religiosos.
Es por esto que Hesther Prynne fue víctima no solo de su espíritu rebelde y aventurero, o de la sociedad en la cual vivía sino que también de su religión, pues el crimen o mejor dicho, pecado cometido por Hesther no es tan grave, más así lo hacen con semejante castigo, que resulta ser muchísimo más grave que lo acometido.



En general, la totalidad de la obra esta plegada de ejemplos capaces de afirmar la crítica al puritanismo radical como eje central de la obra.
Tal es el caso del inicio de la obra, cuando Hesther es castigada a usar la letra A color escarlata en el pecho como castigo por haber violado los reglamentos morales y religiosos al cometer adulterio.

El delito cometido por Hesther fue claramente de índole moral, penado por la supuesta falta de respeto a una sociedad cegada por el fanatismo religioso. Y así fue el castigo acometido contra la pecadora.

Otro ejemplo sería la escena en la que diversos personajes cuyo poder era muy elevado, se reunen entre ellos para notificarle a Esther que le quitarán a su hija Perla, puesto que no creen que una pecadora de tal magnitud como lo es la portadora de la letra escarlata fuera capaz de instruir a una niña en los umbrales eclesiásticos.


A su vez, dentro de ésta misma escena, se demuestra como éstos hombres denominan a la niña como un pequeño diablillo, quizá poseído por el mismo demonio, o llena de malicia por haber sido producto de un gran pecado.

Por otro lado, la deliberación sobre la conveniencia o inconveniencia de que Perla viviera con su madre, se decide a partir de una argumentación religiosa, que radica en sí la providencia decidió utilizar a Perla como muestra ambivalente de castigo y premio para Hesther, como los hombres podrían alterar o juzgar la decisión del Supremo.

Una clara muestra de la importancia del puritanismo dentro de La letra escarlata es el hecho de que ambos centros de poder dentro de la Nueva Inglaterra están ocupados por miembros puritanos, tal es el caso de Wilson en la Iglesia, y Bellingham en el gobierno.

Finalmente, otra prueba de éste fanatismo religioso, es la escena en la que el no tan honorable ministro eclesiástico Dimmesdale se rehusa a recibir medicamentos para curar su terrible enfermedad puesto que cree que él no es nadie para alterar la decisión de la Providencia de morir. Sin embargo aquí entra un nuevo debate pues, ¿dónde está uno desobedeciendo a la Providencia, al reusarse a morir tomando los medicamentos, o al reusarse a vivir no tomándolos?

Por otro lado, otro tema de elevada importancia dentro de La letra escarlata es el de los castigos basados en la vergüenza, en los que se somete al condenado a la humillación pública, logrando el rechazo social, el aislamiento interno del acusado, la degradación o la humillación psicológica. Siendo un claro atentado contra la misma dignidad humana, motor del hombre para subsistir tanto en lo colectivo como en lo individual.
Sobre esto consideró aberrante dicha práctica pues el objetivo de una penitencia a mi entender consiste en escarmentar sobre el castigado para que no lo vuelva a hacer sobre todo logre la readaptación social, la cuál es imposible que se desarrolle, si el delito o pecado es expuesto al público en general, pues no olvidemos que la gente muchas veces es ignorante, y al ser ignorante se deja manipular por la ideología de otras personas y suele ser lo suficientemente estricta como para acabar con la colectividad de una persona, además al pueblo le cuesta trabajo olvidar, pero le cuesta aun más perdonar, es por eso que relega esa función a su Dios.

El claro ejemplo de ésta práctica dentro de la novela de Hawthorne consiste en la exposición pública de Hesther en la plaza para ser juzgada en frente de todo el pueblo, donde se le obliga a enfrentar su presente y su pasado; y sobre todo con el castigo dado a la misma, que radicaba en portar una letra A en el pecho eternamente logrando así que ni ella ni mucho menos el pueblo olvidarán las injurias cometidas por la tan terrible pecadora.

Y de nuevo esto se demuestra cuando el ministro declara ser partícipe de la infamia de Hesther al engendrar a Perla, pues lo declara a todo el pueblo,de tal forma que fuera éste el que lo juzgará, sin embargo, su cuerpo ya enfermo fue incapaz de soportar tan grande liberación de conciencia.

Por otro lado, el autor hace uso de un sinfín de símbolos para denotar diversos puntos, como su inconformidad con el puritanismo, con el castigo o con la niña; pero sin lugar a dudas el más importante de todos los símbolos utilizados es la misma letra escarlata, desde la letra "A" de adulterio, que podría ser interpretada también como ambigüedad o incluso como un tipo de nacionalismo (América) obtuso en el cual se retoman los orígenes del pueblo norteamericano (plenamente orgullosos y conscientes de su papel histórico) atacándolo desde sus raíces.
Irónicamente, la letra simboliza la penitencia así como el pecado. Pero también es una muestra de la unión entre Hesther y Perla. La letra escarlata es la unión entre el padre y su amada, simboliza el coraje y valentía de Hesther pero también el arrepentimiento y abnegación.
La letra tatuada en el pecho del ministro es el ejemplo más claro del símbolo que ésta representa, pues ésta vez no fue cocida ni impuesta por el hombre, más bien fue la penitencia y perdón del ser supremo.

El color escarlata tan parecido al rojo significa el dolor de la madre de saber quien la ayudó en el pecado y no poderlo confesar, es el dolor transformado en coraje del esposo al saber de la injuria de su mujer, es el dolor de la madre al saber que Perla es el mayor castigo y a su vez premio de haber pecado.

Finalmente la letra escarlata que Hesther retoca con una capacidad majestuosa simboliza el orgullo de ésta mujer, el amor por Perla y por su amado,el auto-perdón, pero también las miradas y miedos de los demás. Representa la cordura y entereza con los que Hesther Prynne asume su penitencia sin negar su pecado más bien placebo.

También la letra resulta ser la nueva juventud de Hesther, la fuerza que la llevó a seguir adelante y a ser junto con su hija la única sobreviviente cuerda de esta historia de amor, pecado, obsesión y perdón.

Bibliografía
Hawthorne, Nathaniel. La letra escarlata. Ed. Promexa. México DF, 1986. pps.175