martes, 11 de diciembre de 2007

El Príncipe

Muchas son las citas referentes al Príncipe de Maquiavelo, incluso su nombre se usa para nombrar la frialdad y exceso de calculo en un hombre, o incluso ha adquirido un peyorativo de maldad, sin embargo en la mayoría de los casos esta denotación es errónea.
Dentro de los campos de la ciencia política, ajenos a lo que Locke llamó “lenguaje civil” esta obra es considerada la primera de la disciplina pues se encarga de ver a la política como ciencia, no solo como teoría o filosófica, es decir sugiere un proceso metodológico capaz de darle la validez científica.
Toda la obra de Nicolás Maquiavelo es un manual de cómo es que debe ser el “príncipe” entiendo a este como aquel que gobierna o detenta el poder publico; por lo cual a continuación citare las principales premisas del libro.


. «es necesario que el príncipe sea lo bastante prudente para evitar la infamia de los vicios que le harían perder su corona, y hasta para preservarse, si puede, de los que no se la harían perder. Si, no obstante, no se abstuviera de los últimos, quedaría obligado a menos reserva, abandonándose a ellos. Pero no tema incurrir en la infamia aneja a ciertos vicios si no le es dable sin ellos conservar su Estado, ya que, si pesa bien todo, hay cosas que parecen virtudes, como la benignidad y la clemencia, y, si las observa, crearán su ruina, mientras que otras que parecen vicios, si las practica, acrecerán su seguridad y su bienestar. »

· «[…] aquel príncipe que se apoya íntegramente en la fortuna, cae según ella cambia. Aun más: creo que es prospero aquel que armoniza su modo de proceder con los caracteres de los tiempos. » (pag. 145)


· «[…] si uno se conduce con moderación y paciencia, los tiempos y las cosas giran de modo que su gobierno sea bueno, y el prospera; pero, si los tiempos y las cosas varían, sobreviene su ruina, porque no muda de modo de proceder.» (pag. 145)


· «[…] si la fortuna cambia y los hombres permanecen obstinados en sus procedimientos, ellos prosperan mientras la una y los otros concuerdan, y no prosperan cuando entran en discordancia» (pag 146)


· «La mejor fortaleza que existe consiste en no ser odiado por el pueblo porque, aunque tengas fortaleza, si el pueblo te odia, ellas no te salvaran, puesto que una vez tomadas las armas los pueblos siempre encontrarán extranjeros que los ayuden.» (pag 142)


· «Y los conseguirá (el ser temido y el ser no odiado) siempre si se abstiene de tocar los bienes de sus ciudadanos y de sus súbditos, y también de robar a sus mujeres.» (pag 149)


· «Un hombre prudente debe discurrir siempre por las vías trazadas por los grandes hombres e imitar a aquellos que han sobresalido extraordinariamente por encima de los demás, con el fin de que, aunque no se alcance su virtud algo nos quede sin embargo de su aroma.» (pag 186)


· «Quien cree que nuevas recompensas hacen olvidar a los grandes hombres las viejas injusticias de que han sido víctimas, se engaña.» (pag 64)


· «Las injusticias se deben hacer todas a la vez a fin de que, por probarlas menos, hagan menos daño, mientras que los favores se deben hacer poco a poco con el objetivo de que se aprecien mejor. Los hombres, cuando reciben el bien de quien esperaban iba a causarles mal, se sienten más obligados con quien ha resultado ser su benefactor, el pueblo le cobra así un afecto mayor que si hubiera sido conducido al Principado con su apoyo.» (pag. 121)


· «El que no detecta los males cuando nacen, no es verdaderamente prudente.» (pag 74)


· «Quien deja a un lado lo que se hace por lo que se debería hacer, aprende antes su ruina que su preservación.» (pag 99)


· «Hay que ser liberal con todos aquellos a quienes no quita nada - que son muchísimos - y tacaño con todos aquellos a quienes no da, que son pocos.» (pag 101)


· «Con aquello que no es tuyo ni de tus súbditos se puede ser considerablemente más generoso. El gastar lo de los otros no te quita consideración, antes que la aumenta.» (pag 101)


· «Con poquísimos castigos ejemplares será más clemente que aquellos otros que, por excesiva clemencia, permiten que los desórdenes continúen, de lo cual surgen siempre asesinatos y rapiñas.» (pag 98)


· «El príncipe debe hacerse temer de manera que si le es imposible ganarse el amor del pueblo consiga evitar el odio, porque puede combinarse perfectamente el ser temido y el no ser odiado. El príncipe debe evitar todo aquello que lo pueda hacer odioso o despreciado.» (pag 95)


· «No puede un señor prudente - ni debe- guardar fidelidad a su palabra cuando tal fidelidad se vuelve en contra suya y han desaparecido los motivos que determinaron su promesa. Si los hombres fueran todos buenos, este precepto no sería correcto, pero- puesto que son malos y no te guardarían a ti su palabra- tú tampoco tienes por que guardarles la tuya.» (pag 108)


· Los príncipes debe ejecutar a través de otros las medidas que puedan acarrearle odio y ejecutar por sí mismo aquellas que le reportan el favor de los súbditos. Debe estimar a los nobles, pero no hacerse odiar del pueblo. (pag. 45)


· Se debe entretener al pueblo en las épocas convenientes del año con fiestas y espectáculos. (pag. 75)


· Ayuda también bastante dar ejemplos sorprendentes en su administración de los asuntos interiores, de forma que cuando algún subordinado lleve a cabo alguna acción extraordinaria (buena o mala), se adopte un premio o un castigo que de suficiente motivo para que se hable de él. Hay que ingeniárselas, por encima de todo, para que cada una de nuestras acciones nos proporcionen fama de hombres grandes y de ingenio excelente. Hay muchas gentes que estiman que un príncipe sabio debe, cuando tenga la oportunidad, fomentarse con astucia alguna oposición a fin de que una vez vencida brille a mayor altura su grandeza. (pag. 49)


· Es necesario ser un gran simulador y disimulador: y los hombres son tan simples y se someten hasta tal punto a las necesidades presentes que el que engaña encontrará siempre quien se deje engañar. Cada uno ve lo que parece, pero pocos palpan lo que eres. La poca prudencia de los hombres impulsa a comenzar una cosa y, por las ventajas inmediatas que ella procura, no se percata del veneno que por debajo está escondido. (pág. 59)


· Los hombres viven tranquilos si se les mantiene en las viejas formas de vida. La incredulidad de los hombres, hace que nunca crean en lo nuevo hasta que adquieren una firme experiencia de ello. La naturaleza de los pueblos es muy poco constante: resulta fácil convencerles de una cosa, pero es difícil mantenerlos convencidos. (pag. 121)


· No se debe jamás permitir que se continúe con problemas para evitar una guerra porque no se la evita, sino que se la retrasa con desventaja tuya. (pag. 120)


· Un príncipe que no se preocupe del arte de la guerra, aparte de las calamidades que le pueden acaecer, jamás podrá ser apreciado por sus soldados ni tampoco fiarse de ellos. (pag.99)


· Todo ello nos hace decir que a los hombre hay que tratarlos bien o aplastarlos, porque ellos se vengan de las pequeñas ofensas, pero de las grandes no pueden vengarse. (pag. 87)